Aupar a la libertad de expresión como adalid de nuestra constitución es el perverso pretexto de quienes hacen libertinaje para desacreditar a terceros: políticos, empresarios, comerciantes, civiles y a todos lo que no generen algún ingreso por evitar la calumnia.
La práctica de quienes ofrecen escribir o hablar para denostar solo envilece a quienes lo hacen al igual que a los dueños de medios como un Grupo multimedia con sede en la ciudad de Saltillo, el cual se ha ensañado de forma vulgar y ruin con el alcalde de Torreón, Román Alberto Cepeda González, por no someterse al chantaje económico … al clásico: “PPNP” págame para no pegarte. En esta infame acción casi siempre los aludidos suelen fortalecerse y los generadores de odio se convierten en parias mediáticos y sociales… pues no encuentran un espacio donde sean respetados. El valor intrínseco como persona es carcomido por la vileza del comportamiento, y éste al ser exponencial -la radio, el periódico, la televisión y/o en las redes sociales; los marca por siempre.
México y Coahuila no requieren ni medios pasquines ni medios mercenarios, sólo instrumentos de comunicación que informen y, porqué no también, que generen opinión.
Sólo así podremos aspirar a sociedades informadas y críticas.
AGV